TU RETRATO ES MI RETRATO - Sueños y Reflexiones de una Realidad
Autor: Arnaldo Larrinaga (Pintor)
Mención de Agradecimiento: A. Elvira García (Promotora Cultural y ex Representante)
La década de los años 60 en Cuba, enmarcada en el recién finalizado Siglo XX, y a la cual ya estaban incorporados en la vanguardia artística de aquella época grandes intelectuales que se vieron inmersos en un nuevo e inesperado proceso convulso de transformaciones sociales sin un rumbo fijo, pero que a pesar de todo fueron capaces de mantener sus sueños y esperanzas de un mundo mejor, fue una época difícil, de una vorágine socio-política que intentaba absorber e incorporar a una nueva ideología y a esas nuevas ideas, no sólo a todo un pueblo, sino también a todo el pensamiento intelectual cubano.
Estas esperanzas y sueños, muy a pesar nuestro, fueron desvaneciéndose una década después, no obstante los esfuerzos que en muchas ocasiones intentamos hacer como generación en el plano del pensamiento político y cultural, encerrados en un sistema que de forma sutil nos imponía normas, incluso para nuestro arte, y que a simple vista no se veían, pero que pervivían latentes hasta en los más ínfimos detalles, lo que fue marcando la propia realidad de lo que vivíamos, sentíamos y veíamos en el devenir diario.
En ese marasmo de confusiones e imprecisiones, presionados por un entorno que nos arrastraba y no nos dejaba tiempo para reflexionar con un pensamiento libre y claro, amén de nuestra extrema juventud, es que se incorpora nuestra generación: la Generación del 70, conformada por un grupo de artistas e intelectuales que había nacido, vivido y se había formado con todos los conceptos, atavismos y lastres de un pasado convencional, y que ahora le tocaba el turno de incorporarse a un nuevo sistema totalmente desconocido, pero que no obstante como generación solo mantenía un principio y un sueño: las esperanzas de una ruptura social más humana y justa, lo que al final nunca llegó a producirse.
En este nuevo sistema en el que nos tocó vivir y expresar nuestras ideas, plagado de una ideología marxista-leninista importada de otros países como la Unión Soviética, en la que había surgido hacía muchos años, y que para Cuba constituyó no la continuidad de un sistema democrático, sino la imposición sin un consenso consciente por parte da la mayoría de la población, de un patrón nuevo y del cual desconocíamos en su totalidad sus fundamentos teóricos así como sus fines prácticos y sociales, lo que a su vez logró confundir y desestabilizar a toda una generación joven, e incluso, a otras generaciones más adultas, es por lo que hoy y ya desde hace unos años, con plena y rotunda conciencia, se están produciendo en Cuba las consecuencias de este hecho: la plena y total rebeldía con causa y conocimiento que va creciendo como un clamor sin miedo, en la voz de un pueblo que no soporta más un régimen decadente, totalitario y dictatorial que lleva más de 50 años ahogando las verdaderas ansias de libertad y democracia, así como los legítimos sueños del pueblo cubano.
Como consecuencia de este cambio abrupto del que hablábamos anteriormente, es que comienza a moverse todo un movimiento a finales de los años 60 (Años 1967 - 1968) donde se realiza el "Congreso Cultural de La Habana", así como el "Salón de Mayo", movimientos de la plástica cubana contemporánea que marcaron un antes y un después en su evolución, motivado por algunas influencias que venían del exterior: de países desarrollados y libres democráticamente, lo cual influyó de forma manifiesta en esta nueva proyección del arte. Y ya tres años después se crea por primera vez el muy conocido e histórico "Salón 70 de la Plástica Cubana", el cual fue realizado en el Museo Nacional de Bellas Artes en La Habana.
En este Salón es que aflora a la palestra como algo nuevo, el arte que había sido generado e inducido por el régimen con el concepto de Realismo Socialista, y que en sí ya llevaba implícita una nueva vertiente y formas de expresión a favor del sistema; y es ahí a partir de lo cual algunos jóvenes artistas, nos empezábamos a dar cuenta de que algo andaba mal y de que las cosas no iban por el camino adecuado.
En esta extemporánea manifestación de un grupo de artistas plásticos, los cuales comienzan a expresarse fuera de los lineamientos del sistema, no sólo había algunos jóvenes, como es mi caso, sino incluso algunos artistas de la "Vieja Guardia" como fueron Antonia Eíriz, Alberto Fondevilla y otros, siendo entre los jóvenes más destacados Francisco Febles "Chembo", el cual fue el primer artista plástico de la época en hacer una instalación en un evento cultural en Cuba.
En esos tiempos se vivió una auténtica Revolución Cultural que abarcó dos vertientes totalmente opuestas: una, la del propio Sistema Socialista que pretendía mostrar que todo iba bien y estaba bajo control, y la otra, la verdadera, la que quería sacar a la luz todo lo oculto y falso de un sistema con "doble cara" que estábamos viviendo y que pretendía imponerse día a día tanto social como culturalmente.
Ya en estos momentos y como siempre sucede cuando se observan los hechos desde una perspectiva alejada en el tiempo, considero que se vivieron etapas muy duras para el movimiento intelectual cubano, ya que todos nosotros en este período nos estábamos jugando algo que teníamos que defender, para posteriormente poder alzar la voz con nuestro verdadero reclamo: la libertad de expresión.
En esa difícil pero atípica época, cada artista trabajó de forma individual, con lo que pudo, con los recursos que tenía a mano y con las armas con las que le permitieron expresarse, ya que en un sistema de dictadura totalitaria, una conformación colegiada de las ideas intelectuales era impensable. Me estimula ver, cómo lo que comenzó en la década de los 60, no se ha apagado, sino que sigue vibrando en Cuba, tanto en la literatura, como en el periodismo, como en la plástica u otra manifestación artística con voz propia e independiente.
Considero que el llamado "Período Especial", fue un nuevo instante para desatar otro grito de guerra cultural y popular, pero desgraciadamente tenemos que reconocer que Cuba desde 1959 nunca ha dejado de estar en Período Especial, lo que ha llevado a ese pueblo a un embotamiento político y social, en busca solo de la supervivencia diaria; además de no contar con ningún tipo de información al respecto, lo que no le ha permitido ver más allá de su propia realidad y de sus fronteras.
En mi caso y como Artista Plástico (Pintor) en ese contexto me vi en la necesidad de usar diversos tipos de lenguajes, que fueron desde la defensa y la búsqueda de la identidad cultural ( de ahí que muchas de mis exposiciones individuales de aquella época tengan como título esa palabra: Identidad), hasta el folclore e incluso llegar al lenguaje subliminal de códigos e imágenes metafóricas, o formas sugerentes que encerraran en si mismas la expresión de mi pensamiento intelectual libre, para de esta forma hacer llegar este nuevo lenguaje abierto al espectador, y que a su vez sugiriera imágenes donde se plasmaba la crítica a los condicionamientos políticos del sistema, ideas que logro llevar al público en mis muy conocidas Series "Los Negros Brujos" o "En busca de un espacio en blanco", y que expongo por primera vez en la Galería L Universitaria en el año 1989 en La Habana, junto al escultor Rogelio Rodríguez Cobas, y donde aparecen obras de un significado muy fuerte y de denuncia como son: "La reunión del chanchullo", "El Güije quiere su película", "La cuchara", "Las dos Urracas" y otras.
Unos años después, en este novedoso y ya muy espontáneo lenguaje propio es que surge mi "Autorretrato - Tu Retrato es mi Retrato", año 1993, políptico (6 piezas), técnica mixta/cartulina, 70 x 50 cm. Si fuésemos a formular el concepto convencional y clásico del retrato, siempre nos acercaríamos a las formas realistas y académicas clásicas o no, pero ya muy manidas para mi gusto de creador. Esta vez hablamos de un retrato diferente en sí mismo, con un particular contenido en concepto y forma, en el cual la imagen sugerida de un rostro, se va desdibujando y desapareciendo en apariencia, ya que en esencia se hace cada vez más fuerte y latente, dejando al final la idea que he querido trasmitir con un simple "gestualismo en rojo": el inicio y fin de la Vida, la perdurabilidad más allá del tiempo de las ideas y los principios, la fuerza del Hombre para imponer sus convicciones, la inmortalidad de la creación artística e intelectual como una huella de sangre que no se borra jamás, el Amor Universal a todo y a todos, a la raza humana, al Universo y a nuestro Creador. Y también he querido transmitir el mensaje del alto pero honroso precio que pagamos muchos artistas e intelectuales a nuestro paso por la vida: "Para empezar a vivir, hay primero que morir".
Este políptico: mi Autorretrato, y que hoy muestro a su consideración, es el principio y fin de una realidad vivida, sufrida y callada en mi propia vida, que estuvo abierta y cerrada al mismo tiempo, sin espacio ni lugar allá en Cuba, solo enmarcada por una simple y estrecha ventana con balostres, desde la que veía la Bahía de La Habana, y por la que soñé muchas veces escapar para no regresar. La única opción que me fue posible. La esperanza de un sueño que logré a medias: La Libertad, pero que solo se cumplirá totalmente el día que Cuba, mi tierra natal, sea totalmente libre y democrática.
En esta obra también he intentado recoger el mundo interior de la palabra, de los que la expresan abiertamente, y de los que aún callan por miedo.
Mi Retrato es Tu Retrato es mi denuncia de que el tiempo ha transcurrido, pero no ha envejecido: Soy Yo y son Ustedes, una realidad viva y latente que pervivirá para la eternidad...
¡Yo frente a Ustedes y Ustedes frente a mí!. Ustedes son los jueces de mi obra, y eso para cualquier Artista es el reto más difícil e incierto a los que se enfrenta cada día.
Para los hombres de sueños como yo, donde Mi Retrato es Tu Retrato, y la realidad se conforma de forma imprecisa e incierta en este mundo actual, solo puedo decirles:
¡TOMAD EL SOL CON LAS MANOS Y QUE LAS LLAGAS DE FUEGO LES PERMITAN LLEGAR A LA NUEVA Y VERDADERA REALIDAD DE UN FUTURO ESPERANZADOR!
¡Muchas Gracias!
Madrid, 16 de Junio de 2011 - Fundación Hispano Cubana (FHC)
Autor: Arnaldo Larrinaga (Pintor)
Mención de Agradecimiento: A. Elvira García (Promotora Cultural y ex Representante)
La década de los años 60 en Cuba, enmarcada en el recién finalizado Siglo XX, y a la cual ya estaban incorporados en la vanguardia artística de aquella época grandes intelectuales que se vieron inmersos en un nuevo e inesperado proceso convulso de transformaciones sociales sin un rumbo fijo, pero que a pesar de todo fueron capaces de mantener sus sueños y esperanzas de un mundo mejor, fue una época difícil, de una vorágine socio-política que intentaba absorber e incorporar a una nueva ideología y a esas nuevas ideas, no sólo a todo un pueblo, sino también a todo el pensamiento intelectual cubano.
Estas esperanzas y sueños, muy a pesar nuestro, fueron desvaneciéndose una década después, no obstante los esfuerzos que en muchas ocasiones intentamos hacer como generación en el plano del pensamiento político y cultural, encerrados en un sistema que de forma sutil nos imponía normas, incluso para nuestro arte, y que a simple vista no se veían, pero que pervivían latentes hasta en los más ínfimos detalles, lo que fue marcando la propia realidad de lo que vivíamos, sentíamos y veíamos en el devenir diario.
En ese marasmo de confusiones e imprecisiones, presionados por un entorno que nos arrastraba y no nos dejaba tiempo para reflexionar con un pensamiento libre y claro, amén de nuestra extrema juventud, es que se incorpora nuestra generación: la Generación del 70, conformada por un grupo de artistas e intelectuales que había nacido, vivido y se había formado con todos los conceptos, atavismos y lastres de un pasado convencional, y que ahora le tocaba el turno de incorporarse a un nuevo sistema totalmente desconocido, pero que no obstante como generación solo mantenía un principio y un sueño: las esperanzas de una ruptura social más humana y justa, lo que al final nunca llegó a producirse.
En este nuevo sistema en el que nos tocó vivir y expresar nuestras ideas, plagado de una ideología marxista-leninista importada de otros países como la Unión Soviética, en la que había surgido hacía muchos años, y que para Cuba constituyó no la continuidad de un sistema democrático, sino la imposición sin un consenso consciente por parte da la mayoría de la población, de un patrón nuevo y del cual desconocíamos en su totalidad sus fundamentos teóricos así como sus fines prácticos y sociales, lo que a su vez logró confundir y desestabilizar a toda una generación joven, e incluso, a otras generaciones más adultas, es por lo que hoy y ya desde hace unos años, con plena y rotunda conciencia, se están produciendo en Cuba las consecuencias de este hecho: la plena y total rebeldía con causa y conocimiento que va creciendo como un clamor sin miedo, en la voz de un pueblo que no soporta más un régimen decadente, totalitario y dictatorial que lleva más de 50 años ahogando las verdaderas ansias de libertad y democracia, así como los legítimos sueños del pueblo cubano.
Como consecuencia de este cambio abrupto del que hablábamos anteriormente, es que comienza a moverse todo un movimiento a finales de los años 60 (Años 1967 - 1968) donde se realiza el "Congreso Cultural de La Habana", así como el "Salón de Mayo", movimientos de la plástica cubana contemporánea que marcaron un antes y un después en su evolución, motivado por algunas influencias que venían del exterior: de países desarrollados y libres democráticamente, lo cual influyó de forma manifiesta en esta nueva proyección del arte. Y ya tres años después se crea por primera vez el muy conocido e histórico "Salón 70 de la Plástica Cubana", el cual fue realizado en el Museo Nacional de Bellas Artes en La Habana.
En este Salón es que aflora a la palestra como algo nuevo, el arte que había sido generado e inducido por el régimen con el concepto de Realismo Socialista, y que en sí ya llevaba implícita una nueva vertiente y formas de expresión a favor del sistema; y es ahí a partir de lo cual algunos jóvenes artistas, nos empezábamos a dar cuenta de que algo andaba mal y de que las cosas no iban por el camino adecuado.
En esta extemporánea manifestación de un grupo de artistas plásticos, los cuales comienzan a expresarse fuera de los lineamientos del sistema, no sólo había algunos jóvenes, como es mi caso, sino incluso algunos artistas de la "Vieja Guardia" como fueron Antonia Eíriz, Alberto Fondevilla y otros, siendo entre los jóvenes más destacados Francisco Febles "Chembo", el cual fue el primer artista plástico de la época en hacer una instalación en un evento cultural en Cuba.
En esos tiempos se vivió una auténtica Revolución Cultural que abarcó dos vertientes totalmente opuestas: una, la del propio Sistema Socialista que pretendía mostrar que todo iba bien y estaba bajo control, y la otra, la verdadera, la que quería sacar a la luz todo lo oculto y falso de un sistema con "doble cara" que estábamos viviendo y que pretendía imponerse día a día tanto social como culturalmente.
Ya en estos momentos y como siempre sucede cuando se observan los hechos desde una perspectiva alejada en el tiempo, considero que se vivieron etapas muy duras para el movimiento intelectual cubano, ya que todos nosotros en este período nos estábamos jugando algo que teníamos que defender, para posteriormente poder alzar la voz con nuestro verdadero reclamo: la libertad de expresión.
En esa difícil pero atípica época, cada artista trabajó de forma individual, con lo que pudo, con los recursos que tenía a mano y con las armas con las que le permitieron expresarse, ya que en un sistema de dictadura totalitaria, una conformación colegiada de las ideas intelectuales era impensable. Me estimula ver, cómo lo que comenzó en la década de los 60, no se ha apagado, sino que sigue vibrando en Cuba, tanto en la literatura, como en el periodismo, como en la plástica u otra manifestación artística con voz propia e independiente.
Considero que el llamado "Período Especial", fue un nuevo instante para desatar otro grito de guerra cultural y popular, pero desgraciadamente tenemos que reconocer que Cuba desde 1959 nunca ha dejado de estar en Período Especial, lo que ha llevado a ese pueblo a un embotamiento político y social, en busca solo de la supervivencia diaria; además de no contar con ningún tipo de información al respecto, lo que no le ha permitido ver más allá de su propia realidad y de sus fronteras.
En mi caso y como Artista Plástico (Pintor) en ese contexto me vi en la necesidad de usar diversos tipos de lenguajes, que fueron desde la defensa y la búsqueda de la identidad cultural ( de ahí que muchas de mis exposiciones individuales de aquella época tengan como título esa palabra: Identidad), hasta el folclore e incluso llegar al lenguaje subliminal de códigos e imágenes metafóricas, o formas sugerentes que encerraran en si mismas la expresión de mi pensamiento intelectual libre, para de esta forma hacer llegar este nuevo lenguaje abierto al espectador, y que a su vez sugiriera imágenes donde se plasmaba la crítica a los condicionamientos políticos del sistema, ideas que logro llevar al público en mis muy conocidas Series "Los Negros Brujos" o "En busca de un espacio en blanco", y que expongo por primera vez en la Galería L Universitaria en el año 1989 en La Habana, junto al escultor Rogelio Rodríguez Cobas, y donde aparecen obras de un significado muy fuerte y de denuncia como son: "La reunión del chanchullo", "El Güije quiere su película", "La cuchara", "Las dos Urracas" y otras.
Unos años después, en este novedoso y ya muy espontáneo lenguaje propio es que surge mi "Autorretrato - Tu Retrato es mi Retrato", año 1993, políptico (6 piezas), técnica mixta/cartulina, 70 x 50 cm. Si fuésemos a formular el concepto convencional y clásico del retrato, siempre nos acercaríamos a las formas realistas y académicas clásicas o no, pero ya muy manidas para mi gusto de creador. Esta vez hablamos de un retrato diferente en sí mismo, con un particular contenido en concepto y forma, en el cual la imagen sugerida de un rostro, se va desdibujando y desapareciendo en apariencia, ya que en esencia se hace cada vez más fuerte y latente, dejando al final la idea que he querido trasmitir con un simple "gestualismo en rojo": el inicio y fin de la Vida, la perdurabilidad más allá del tiempo de las ideas y los principios, la fuerza del Hombre para imponer sus convicciones, la inmortalidad de la creación artística e intelectual como una huella de sangre que no se borra jamás, el Amor Universal a todo y a todos, a la raza humana, al Universo y a nuestro Creador. Y también he querido transmitir el mensaje del alto pero honroso precio que pagamos muchos artistas e intelectuales a nuestro paso por la vida: "Para empezar a vivir, hay primero que morir".
Este políptico: mi Autorretrato, y que hoy muestro a su consideración, es el principio y fin de una realidad vivida, sufrida y callada en mi propia vida, que estuvo abierta y cerrada al mismo tiempo, sin espacio ni lugar allá en Cuba, solo enmarcada por una simple y estrecha ventana con balostres, desde la que veía la Bahía de La Habana, y por la que soñé muchas veces escapar para no regresar. La única opción que me fue posible. La esperanza de un sueño que logré a medias: La Libertad, pero que solo se cumplirá totalmente el día que Cuba, mi tierra natal, sea totalmente libre y democrática.
En esta obra también he intentado recoger el mundo interior de la palabra, de los que la expresan abiertamente, y de los que aún callan por miedo.
Mi Retrato es Tu Retrato es mi denuncia de que el tiempo ha transcurrido, pero no ha envejecido: Soy Yo y son Ustedes, una realidad viva y latente que pervivirá para la eternidad...
¡Yo frente a Ustedes y Ustedes frente a mí!. Ustedes son los jueces de mi obra, y eso para cualquier Artista es el reto más difícil e incierto a los que se enfrenta cada día.
Para los hombres de sueños como yo, donde Mi Retrato es Tu Retrato, y la realidad se conforma de forma imprecisa e incierta en este mundo actual, solo puedo decirles:
¡TOMAD EL SOL CON LAS MANOS Y QUE LAS LLAGAS DE FUEGO LES PERMITAN LLEGAR A LA NUEVA Y VERDADERA REALIDAD DE UN FUTURO ESPERANZADOR!
¡Muchas Gracias!
Madrid, 16 de Junio de 2011 - Fundación Hispano Cubana (FHC)
